NUESTRA HISTORIA

TERESIANO GUACARA POR SIEMPRE.

(Historia de la Fundación del Colegio)

Las hermanas llevan unos 20 años en Venezuela y no habían salido de Caracas. Sólo existían los Colegios del Paraíso, la Castellana y Enrique de Ossó. La Iglesia pedía fundaciones en el interior y las Hermanas también lo querían así.

A fines de 1966, la región de Valencia adquirió un gran desarrollo industrial y su población aumentó considerablemente. Había muchos niños y jóvenes para educar y decidieron irse allí: ¡Valencia! ¡Valencia!

En Guacara vivía una familia muy conocida por las Hermanas y ellas les pidieron que las acompañaran a conocer Valencia, para encontrar el lugar apropiado, y así realizar la fundación.

La familia les comentó que mejor se quedaban en Guacara ya que las necesitaban más, para realizar su labor de fundar un nuevo colegio, porque podrían venir alumnos de Mariara, los Guayos, Yagua… y de la nueva urbanización que están construyendo llamada Ciudad Alianza.

La propuesta les pareció magnífica y el matrimonio se comprometió a buscar terreno. Hablaron con el señor Rahmani, encargado por los Estados Unidos de la fundación de Ciudad Alianza. Al poco tiempo este señor anunció que donaba un terreno de la urbanización para el Colegio.

Era el año 1967. La alegría fue grandísima. Las Hermanas se movieron con rapidez, consiguieron un arquitecto, se hizo el proyecto y la maqueta del colegio. El Obispo de Valencia, para entonces Mons. José Alí Lebrún, estaba feliz… pero, surgieron dificultades. El señor Rahmani sólo había entregado una carta exponiendo la donación, pero esa carta no tenía ningún valor jurídico. Las Hermanas no conseguían las escrituras… la donación no era válida. De repente, todo pareció venirse abajo.

Otra vez se fueron donde el Sr. Rahmani, asesoradas por el Dr. Mantellini, abogado, miembro de la Junta de Padres y Representantes del Colegio Teresiano de la Castellana. Él les aconsejó: olvídense de la donación de este terreno. Dejen tranquilo a Rahmani que pone muchas condiciones. Vamos mejor a poner a la Junta de Padres y Representantes que trabajen para comprar un terreno. La idea fue aceptada. La Madre General Ma. Del Pilar Suárez Inclán, hizo responsable de la fundación de Guacara al Colegio de la Castellana, y con gran entusiasmo se organizó toda la Comunidad Educativa a fin de recaudar fondos. Realizaron muchas rifas, verbenas y otros eventos.

En 1969, compraron un gran terreno fuera de Ciudad Alianza del que gozamos hoy, gracias a la generosidad de mucha gente.

Estaba el terreno, pero no había dinero. Los bancos no prestaban plata hasta que estuviera hecha parte de la construcción y el ingeniero que había comenzado los trabajos de excavación y relleno, no construía hasta que el banco no hiciera el préstamo… como resultado obtuvimos la paralización de las obras. Esta contrariedad estropeaba los proyectos señalados, de empezar clases en el año escolar 1970-71. Pero ya estaban los alumnos inscritos… algo había que hacer ¿Alquilar un local? Y, después de mucho buscar se alquiló el pequeño edificio Ismenia en la calle Plaza entre Bolívar y Sucre que contaba con un local comercial en la planta baja y dos apartamentos en el primer piso. Allí se acomodaron como pudieron. Colgaron del balcón un letrero que decía “Colegio Teresiano” y publicaron un anuncio en el Carabobeño:

El 21 de septiembre de 1970 comenzaron las clases con 101 alumnos pues en aquellos apartamentos no cabían más, desde pre-kínder hasta 6to grado. Allí estuvieron casi todo el año escolar, hasta el mes de Mayo que fue la mudanza. Fueron meses de gran lucha, la casa era pequeña para tanta gente, hacía calor, había poca luz y apenas sitio para moverse. Pero todo se llevó con alegría… cada noche las Hermanas tenían que recoger mesas y pupitres para echar los colchones al piso… era una fundación a lo teresiano: difícil y alegre a la vez.

¿Qué pasó con la construcción del Colegio? Ni el ingeniero construía ni el Banco prestaba el dinero. El Ingeniero decidió renunciar definitivamente. Entonces, el doctor Marimón, miembro de la Junta Directiva de Padres y Representantes de la Castellana, se brindo para seguir las obras financiándolas hasta que el Banco diese el préstamo.

Los 101 alumnos seguían felices en el edificio de la Calle Plaza y después de dos meses y medio de empezar tuvieron tremenda fiesta. Fue el 8 de diciembre de 1970, fiesta de la Inmaculada, ¿Qué hicieron ellos? En la mañana asistieron a misa en la parroquia pues 150 niños de Guacara hacían la Primera Comunión y el párroco pidió que los alumnos del Teresiano les acompañaran y tocaran en la misa. El colegio ya tenía un buen grupo de canto con guitarra eléctrica y batería, dirigido por la Hermana Teresita Parra. Cantaron muy bien y luego continuaron de fiesta en el colegio pues recibieron la buenísima noticia de que pondrían la primera piedra del edificio.

No esperaban ponerla tan pronto pues los trabajos estaban un poco atrasados, pero era la fiesta de la Virgen y los encargados se dieron prisa para hacer el primer vaciado.

Asistieron al terreno un grupo de alumnos, padres, amigos, la Hermana superiora María Luisa Pérez, leyó una consagración a la virgen, rezaron una novena de confianza al Corazón de Jesús y una oración a San José.

Todos pendían de que los bancos dieran el préstamo para que las obras siguieran sin problemas.

En una pequeña caja de lata depositaron medallas del Corazón de Jesús, la Virgen María, Santa Teresa, San Enrique, San José, el Ángel de la Guarda… (¡Naguaara! Toda la Corte Celestial está cuidando el colegio) una foto de la Madre General Ma. Del Pilar Suarez Inclán y una foto de las madres fundadoras del colegio.

Las fundadoras fueron seis Hermanas: María Luisa Pérez, Josefa Ramos, María Paz Moreno, Carmen Díaz, Luisa Cecilia Dittmar y Teresita Parra.

Depositaron la lata en el sitio del vaciado y después de rociar con agua bendita la Hermana Superiora, María Luisa Pérez, echo la primera paletada de concreto todo el mundo aplaudió, por la alegría de ver cómo se iba cumpliendo el sueño de tener un nuevo colegio teresiano en Guacara.

El primer año de clases de nuestro colegio, situado temporalmente en el edificio de la Calle Plaza, Comenzó en grande, a las tres semanas de empezar tuvieron la primera gran fiesta: el día de Santa Teresa 15 de octubre de 1970. ¿Y Qué hicieron? A primera hora en forma procesional se dirigieron a la iglesia de Guacara. Encabezaba la fila un niño de sexto grado que llevaba la bandera de la compañía. La misa amenizada con cantos que habían ensayado desde el primer día. Al terminar la misa todos fueron de paseo para el tremendo terreno que gozamos hoy. Todavía no había nada construido, excepto los muros. ¿Cómo lo ven? La primera fiesta de Santa Teresa con paseo y todo.

Siguieron pasando los meses en el apartamento de la Calle Plaza.

¡Y llegó marzo! Suena a San José. Sí, San José hizo el milagro del préstamo, porque fue en marzo que el Banco Hipotecario del Centro, en Valencia, concedió el dinero para la construcción.

¡Y llegó mayo!

¿Qué hicieron? Nada más y nada menos que estrenar el nuevo colegio. Constaba de lo que hoy en día es parte de los salones de primaria, había una sola sección de cada grado, así que ahí cabía todo: salones, capilla, oficinas y la casa de las Hermanas.

Era el 31 de mayo de 1971. Se celebró la misa de la Virgen en el pasillo del primer piso, pues en el salón que se usaba como capilla no entraban todos los alumnos. Celebró el nuevo Párroco de Ciudad Alianza, el Padre Cornelio. Una alumna de 6to. Grado coronó a la virgen y se dijeron poesías en su honor. La imagen de la virgen es la que aún continúa en el pasillo de la planta baja de bachillerato. Lleva 40 años con nosotros.

El 19 de junio celebraron la Primera Comunión del colegio y después de la misa el Padre colocó en el Sagrario de la pequeña Capillita al Santísimo Sacramento. Desde entonces hasta hoy, Jesús Sacramentado vive permanentemente en nuestro colegio.

Sí, el 2 de julio se fueron a la primera excursión todos los alumnos desde 3ro hasta 6to grado. Visitaron el Campo de Carabobo y de regreso entraron a la feria de Valencia.

A los pocos días presentaron el examen final, que era uno solo de todas las materias juntas: ¡larguísimo! Y era oral y escrito. Se montó una exposición con los trabajos y labores realizadas durante el curso. Quedó bellísima. Los papás orgullosos.

Para terminar el año escolar se realizó el reparto de premios y medallas a los alumnos que durante el curso se habían esforzado y destacado en su aprovechamiento. Se repartieron premios de religión, asistencia y colaboración. Luego fueron pasando a la capilla para cantar una despedida.

El 13 de julio se repartieron las boletas y así termino el primer año escolar del nuestro querido Colegio Teresiano de Guacara.

Hoy  seguimos haciendo historia en el cada día… tú y yo.

De Izqq. a der.: Teresita Parra, Esther Martín, María Luisa Pérez, Carmen Díaz

Josefa Ramos, María Paz Moreno