Espiritualidad teresiana

Tomado de "Una visión compartida de la espiritualidad teresiana".

La  espiritualidad  teresiana basada  en  el  “trato  de  amistad”  entre  Dios  y  la  persona,  se caracteriza  por  proponer  un  itinerario  dinámico  que,  impulsado  por  el  deseo como  motor  que moviliza  a  la  persona,conduce  hacia  el  centro, hacia lo  más  íntimo  del  ser  y vincula  y  compromete con la realidad.

 

Recorrer este  itinerario  puede  ser  una  ayuda  para  que  las  personas  desarrollen la  capacidad  de “descubrir  ese  fondo  incandescente  y  divino  que  reside  en  el  corazón  de  cada  persona  y  de  cada cosa”.

 

Teresa de Jesús, en su  proceso, compartirá con nosotros esta doble certeza:

“...considerar  nuestra  alma  como  un  castillo  todo  de  un  diamante  o  muy  claro  cristal.../...pues

consideremos que este castillo tiene muchas morada s, unas en lo alto, otras en bajo, otras a los lados, y en el  centro  y  mitad  de  todas  éstas  tiene  la  más  principal,  que  es  adonde  pasan  las  cosas  de  mucho  secreto entre Dios y el alma”.

 

“Acaecióme a mí una ignorancia al principio, que no sabía que estaba Dios en todas las cosas, y como me parecía estar presente, parecíame imposible. Dejar de creerlo que estaba allí no podía, por parecerme casi claro había entendido estar allí su misma presencia”.

 

Se  trata  de  un  proceso integral que va  transformando  a  la persona  en  todas sus  dimensiones  y relaciones,  es decir, también su entorno social y cósmico.

 

La pedagogía del itinerario facilita que la persona  pueda nombrar lo  que  vive,  despertar otros  procesos,  desbloquear  situaciones,  detectar tentaciones...,  de  forma  que en su  recorrido, despliegue su  condición  humana en  plenitud, como respuesta a la vocación fundamental de ser “imagen y semejanza” de Dios.

 

En este camino nos dejamos acompañar por la experiencia de Teresa de Jesús y su don para ser

mediadora de la experiencia de Dios para otros . Estamos seguras de que esta compañera nos presta sus ojos, su sensibilidad, sus palabras, sus gestos ... para dar forma a una espiritualidad teresiana tal y como nos invita a vivir Enrique de Ossó. Como él en su tiempo, partimos de la certeza de que Teresa de  Jesús  tiene  mucho    que  decir  a los  hombres  y  mujeres  del  siglo  XXI. 

 

 

 

Santa Teresa de Jesús

San Enrique de Ossó